Pancho Porto es un escultor español contemporáneo. Inició su andadura artística con una formación en ebanistería artística en el centro Antonio Failde de Ourense. Aquí no sólo adquirió competencia en el oficio, sino que también tuvo sus primeros encuentros con disciplinas cruciales como el tallado, el dibujo y el modelado. Lo más significativo es que fue dentro del ambiente del taller donde Porto cultivó las habilidades prácticas integrales para su trabajo futuro.
Su trayectoria educativa le llevó a la Escuela de Artes y Oficios Mestre Mateo de Santiago de Compostela, donde perfeccionó su enfoque en la escultura, marcando la trayectoria de su quehacer artístico. La escuela proporcionó una plataforma para que Porto experimentara con materiales que serían fundamentales para su expresión artística, incluidos el acero y la arcilla. Paralelamente, realizó una formación personal y profundizó en la exploración de materiales como el bronce y las resinas, examinando sus diversas aplicaciones y acabados. Al final, Porto gravitó hacia el bronce y el acero como medios definitivos para sus creaciones.
Tras esta fase inicial de formación formal, Pancho Porto dio un paso decisivo al establecer su propio taller a orillas del río Sarela, cerca de su lugar de nacimiento. Fue dentro de este espacio donde se embarcó en una exploración matizada, tanto teórica como práctica, profundizando en la intrincada relación entre los materiales empleados en cada obra de arte y los mensajes que transmitían. Esta búsqueda lo llevó a buscar constantemente nuevas propuestas para comunicar y narrar sus historias, convirtiéndose en una característica definitoria de su enfoque artístico.
A partir de ese momento, Pancho Porto infundió constantemente complejidad y profundidad a sus obras. Los temas explorados en sus esculturas abarcan un espectro que va desde cuestiones sociales hasta experiencias personales, añadiendo capas de significado a sus esfuerzos artísticos. Su dedicación a investigar la interacción de materiales y las narrativas que transmiten marca el tono de su trabajo único y estimulante. Las esculturas de Pancho Porto son un testimonio de su compromiso continuo de traspasar los límites artísticos y ofrecer a los espectadores un rico tapiz de historias, reflexiones y emociones.